Thursday, March 29, 2012

El Papa No Debería Haber Aceptado las Condiciones de la Dictadura


Por Lincoln Diaz-Balart

            El Papa Benedicto XVI nunca debería haber aceptado las condiciones en las que insistió la dictadura cubana para su viaje. Al seguir las condiciones de la dictadura al pie de la letra, el viaje constituyó una triste manifestación de falta de solidaridad hacia la opresión del pueblo cubano.

            Fue impropio que el Papa no se reuniera con las “Damas de Blanco”, Católicas devotas. Fue impropio que no mencionara el sacrificio de Zapata, Villar y Laura Pollán, mártires recientes de la lucha por la libertad de Cuba.

            Se conoce comúnmente que el matrimonio de conveniencia de la Iglesia con la dictadura fue planeado y guiado por el colaboracionista Cardenal cubano Ortega. Pero el hecho que el Señor Cardenal (“¡Saquen a la fuerza a los opositores pacíficos de la iglesia!”), haya sido quien planeó la boda, no justifica el matrimonio.

            Se ha repetido la historia en Cuba. Recientemente re-leí la magistral obra sobre la política del Vaticano hacia Cuba en el siglo 19 por el historiador Jesuita Manuel Maza Miguel, “Entre la Ideología y la Compasión”. León XIII, un sumo Pontífice erudito y extremadamente respetado, fue aliado de muchas justas causas en su tiempo, pero no fue amigo de la libertad de Cuba. Maza Miguel describe como iglesias Católicas fueron utilizadas como fuertes del ejército colonial español en Cuba. “¿Cómo explicar que un Papa, como el extraordinario León XIII, tan solidario con la clase obrera, no pudiera comprender la justicia de la causa independentista de Cuba?”. El historiador Jesuita continua, “Las medidas que tomarían las autoridades civiles y eclesiásticas españolas contra los que buscaban un nuevo rumbo para Cuba limitarían decisivamente la presencia y el vigor del catolicismo en el ethos cubano”.

Hay muchos católicos admirables y patriotas en Cuba, y la Iglesia sobrevivirá esta difícil prueba de fe para los católicos cubanos. Pero la historia no se puede separar de la política. No es sorprendente que, en contraste con muchos países de Europa y Latinoamérica, nunca hubo un partido político “Demócrata Cristiano” de importancia durante la primera República (1902-1958). Yo creo que la influencia política de la Iglesia será aún menor en la Segunda República que se aproxima a pesar de la cruel falta de solidaridad que los cubanos han sufrido por más de cinco décadas.


Friday, March 23, 2012

El Papa: A favor o en contra del pueblo de Cuba?



Por Normando Hernández, ex prisionero de conciencia cubano del grupo de los 75



Estoy seguro que Nuestro Señor Jesucristo le dijo al Santo Padre que lo manda a Cuba “como oveja en medio de lobos”. Hace medio siglo que en la isla no se respira libertad y a solo cinco días de su visita la mayor de la Antillas está que arde. También estoy seguro que le recomendó que “sea prudente como serpiente y sencillo como paloma”.

El Papa Benedicto XVI visita a los cubanos en momentos de definición. Hoy en día los colores grises no son bien mirados por los que sufren la imposición de un régimen totalitario de 53 años de existencia. La filosofía del criollo es bien sencilla: Estás con Dios o con el diablo.

Hoy en Cuba la represión está a la orden del día. Solo el pasado fin de semana la policía política de los hermanos Castro detuvieron de forma violenta alrededor de 80 opositores de todo el país. Desde Matanzas, Villa Clara, Holguín, Santiago de Cuba se reportaron brutales arrestos. En la Habana 33 Damas de Blanco fueron arrastradas, maltratadas, golpeadas y humilladas  por mujeres policías vestidas de civil, para impedirles la habitual marcha que realizan cada domingo, después de misa, reclamando la libertad de los presos políticos y el respeto de los derechos humanos del pueblo de Cuba. Se calcula que en total fueron arrestadas cerca de 70 de estas mujeres, a quienes pusieron en libertad horas más tarde.

El oficial de la policía política que se hace llamar Alejandro le aseguró a la líder de Las Damas de Blanco, organización integrada en sus inicios por esposas, madres e hijas de los prisioneros de conciencia de la Primavera Negra de Cuba del 2003; que solo permitirían ir a misa a las Damas de Blanco de la Habana, pero que las de otras provincias serían detenidas en caso de asistir a esta celebración religiosa.  

Por otro lado, el martes 13, miembros de la sociedad civil tomaron de forma pacífica iglesias católicas, en las provincias de Pinar de Rio, Las Tunas, Holguín y la Habana aseguraba desde dentro de la isla el activista de derechos humanos Ignacio Estrada. Los ocupantes de las iglesias, pertenecientes al Partido Republicano de Cuba, demandaban libertades políticas y sociales.

Los ocupantes pacíficos del Santuario y Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad en La Habana, fueron desalojados en la noche de jueves 15 por  efectivos de la policía a pedido del Cardenal Jaime Ortega. "Fuimos sacados brutalmente del templo", aseguró  Emilio Torres Pérez.

Por su parte Roniel Valentín Aguillón, otro de los ocupantes,  dijo  que fueron trasladados a una unidad de la Policía en el municipio Cerro.

"Nos hicieron miles de pruebas, como si fuéramos asesinos, nos tomaron huellas, nos cortaron pelo, tomaron muestras de orine, nos pesaron, nos tiraron fotos", cogieron  muestras "de sudor de las partes de uno, a las mujeres las desnudaron". Testimonios publicados en diariodecuba.com después que fueran puestos en libertad.

Mientras que la iglesia insiste que su misión es humanitaria y no política el nuncio apostólico del Papa en la isla, Bruno Musaro, y el arzobispo del La Habana, cardenal Jaime Ortega oficiaron,  en la Catedral de La Habana,  una misa por la salud del presidente venezolano Hugo Chávez. Sin embargo hacen oídos sordos a los pedidos de las Damas de Blanco para  la celebración de una misa “por nuestros muertos”, reportaba Martinoticias.com en referencia a los disidentes fallecidos Laura Pollán, Orlando Zapata Tamayo, Juan Wilfredo Soto y Wilman Villar. Y aunque la agenda del Papa está abierta para si Fidel Castro desea encontrase con él, no ocurre así con las súplicas realizadas por la disidencia cubana que le solicita un minuto de su presencia. “(Con la iglesia) estamos hablando el mismo idioma y no hay por qué no hablar el mismo idioma” declaraba el embajador de La Habana ante el Vaticano, Eduardo Delgado y sostuvo que “lo que persigue la revolución cubana es lo mismo que persigue la Iglesia católica”. Nadie de la Iglesia ha desmentido estas declaraciones, al menos que yo conozca.

No obstante, ante tanta indiferencia con los disidentes cubanos, voces solidarias con los derechos de las personas de “la tierra más bella que ojos humanos han visto” Piden al Papa interceder por los derechos humanos en Cuba.

"Es hora de que cese la represión para que los cubanos puedan ejercer sus libertades en pos de esa visión", subraya una declaración de la Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia (REDLAD) en la que se pide que la visita del Papa a Cuba sea una oportunidad para que cese la represión y se inicie un diálogo” reporta Martinoticias.com.

“La declaración está firmada por el Nobel de la Paz, Desmond Tutu; la ex primera ministra de Canadá, Kim Campbell, y el canciller checo, Karel Schwarzenberg. También fue firmada por los ex presidentes Luis Alberto Monge, de Costa Rica; Alfredo Cristiani y Armando Calderón Sol, de El Salvador y el príncipe jordano Hassan bin Talal”

Por otro lado “fue ratificada por un consorcio trasatlántico de grupos de la sociedad civil a favor de la democracia, entre ellos: Foro 2000, UN Watch, People in Need y el Movimiento Mundial por la Democracia”, que piensan “que la visita de Benedicto XVI a Cuba ofrece una oportunidad vital para resaltar la negación de la libertad, la democracia y los derechos humanos básicos a la ciudadanía en la isla”

El ex presidente de Polonia y también premio Nobel de la Paz, Lech Walesa hizo pública una carta  a Benedicto XVI en la que le pide “tome la defensa de esos cubanos que reclamando la libertad se arriesgan con las persecuciones y vejaciones”

Asegura el premio Nobel en su carta  que la sociedad civil de Cuba “no está gozando de las libertades ciudadanas” y “suplica” a su Santidad “interceder por los que, a causa de sus convicciones, caen en las prisiones”.

Son muchas, pero muchas las personas y ONGs, que aquí no pongo por razones de tiempo y espacio, que le suplican a su Santidad se entreviste con una representación de la sociedad civil cubana, entre el 26 y el 28 del presente cuando viaje a Cuba a celebrar el cuarto centenario de la aparición de la Caridad del Cobre, en la Bahía de Nipe.

El Papa con su visita definirá si está a favor o en contra del sufrido pueblo cubano.

Monday, March 19, 2012

Testimonio de Normando Hernández/Testimony by Normando Hernandez





Testimonio del Sr. Normando Hernández González, Periodista Independiente
Jueves, 16 de Febrero, 2012


Ver VIDEO aquí 


Lo siguiente es el texto de mi testimonio:


"La Sub-Comisión sobre Africa, la Salud Mundial y los Derechos Humanos de la Comisión de Relaciones Internacionales" 


Presidente Smith, Líder del partido minoritario Payne, y miembros de la Sub-Comisión:

Mi nombre es Normando Hernández González y soy un ex prisionero de conciencia de la causa de los 75 o lo que es lo mismo de la Primavera Negra de Cuba. En el 2003 en tan solo 10 días el gobierno cubano me hizo una petición fiscal de cadena perpetua de libertad, lo que es considerado en Cuba como una atenuante a la Pena de muerte por fusilamiento. A los 11 días, de forma sumaria, me celebraron la vista oral que quedó conclusa a sentencia a cadena perpetua de libertad. Al duodécimo día me sancionaron a 25 años de privación de libertad, de los que cumplí 7 años y 4 meses. ¿Mi “delito”? Defender con la punta de mi lápiz la libertad de expresión, de prensa, de pensamiento... de conciencia. Fui desterrado en 2010, a España, junto a mi esposa e hija después de los acuerdos entre los gobiernos de Cuba, España y la iglesia católica cubana.

En este momento, yo soy un Reagan-Fascell Democracy Fellow por la Fundación Nacional por la Democracia, pero estoy aquí a título personal y las opiniones expresadas aquí son mis propias opiniones.

Desde el principio quiero informarles que la violencia de la junta militar de Cuba contra mi pueblo aumenta por día. La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, una organización independiente dentro de Cuba, constató 631 detenciones arbitrarias en el mes de enero de 2012, para un incremento del 135% en comparación con el mismo periodo del pasado año cuando fuero 268 detenciones. En las calles los defensores de los derechos humanos, especialmente las mujeres, son pateadas y golpeadas por la cabeza por miembros la policía política quedando, como en el caso de Yris Tamara Pérez Aguilera, inconscientes debido a los golpes recibidos. Las Damas de Blanco también son víctimas de represión. Muchas denuncian que mientras la policía las requisa, las desnudan, profieren palabras obscenas, se tocan sus genitales y la amenazan con violarlas.

Estamos lamentando la muerte del disidente Juan Wilfredo Soto, en mayo de 2011, quien fuera pateado por un policía a tal punto que a los dos días muriera a causa de la pateadura. A solo cinco meses de la muerte de Wilfredo Soto, en octubre de 2011, asesinaron a la líder de Las Damas de Blanco, Laura Pollán Toledo. Y hace a penas hoy 28 días asesinaron al preso de conciencia Wilmar Villar Mendoza, después de 50 días en huelga de hambre. Digo asesinaron porque estas muertes ocurrieron bajo custodia del Estado y eran completamente evitables. Tres disidentes asesinados en los últimos ocho meses a solo 90 millas del país más democrático del mundo.

Hoy, condeno a la junta militar cubana y pido justicia para los mártires y el pueblo de Cuba.

De mí les contaré que estuve en cuatro prisiones cubanas. Entré a la cárcel siendo una persona completamente saludable, pero hoy convivo con el bacilo de la tuberculosis pulmonar, tengo un síndrome de intestino irritable, condromalacia en las rótulas de ambas rodillas y en la tráquea. Además padezco un síndrome depresivo crónico con síntomas somáticos y vivo sin vesícula debido a una tortura que sufrí durante los dos últimos años de encierro.

Sin embargo hoy prefiero no hablar más de mí, sino de los que, en estos momentos, son torturados. Quiero hablar no solo de los presos políticos, sino también de los casi cien mil presos que malviven hacinados en las más de 250 prisiones y campos de trabajo forzado con los que cuenta Cuba. Vengo a describirles algunas de las torturas directas e indirectas a que son sometidos los presos cubanos.

En el argot presidiario la guagüita o crucifixión es una tortura que consiste en esposar a los reclusos, completamente desnudos, de espalda a la reja del calabozo de castigo con los brazos abiertos en forma de cruz. Así los mantienen durante horas, viéndose obligados a realizar sus necesidades fisiológicas en esas circunstancias. En tiempo de frío les tiran cubos de agua en horas de la madrugada. Los mosquitos les chupan la poca sangre que los puede calentar.

La sillita es otra de las torturas utilizadas por los carceleros representantes del régimen cubano. Esta consiste en esposar ambas manos a la espalda del preso y unirlas con otra esposa a los pies que también se encuentran esposados. Tirados de lado en el sucio, húmedo o mojado piso permanecen los presos durante horas. Las ratas, cucarachas, hormigas y todos los insectos que pululan en estos antros de perdición hacen presa fácil del torturado. Sus gritos de terror aún los tengo en mi mente. No sé si algún día los pueda olvidar.

Pero estás torturas no son nada comparadas con, lo que a mi juicio es, lo peor que ocurre dentro de las cárceles cubanas. El sadismo, la negligencia, la crueldad de los funcionarios y directivos penitenciarios más las torturas directas e indirectas conllevan a los recluso a que se auto-agredan reclamando derechos reglamentados. Desesperados, se inyectan petróleo o excremento con orina en cualquier parte del cuerpo, se cercenan los dedos de las manos, se tragan alambres, se derriten plásticos encima de sus extremidades inferiores y superiores, se hacen profundas y largas heridas con cuchillas de afeitar, se cortan sus tendones y venas y hasta se introducen frías agujas de acero por sus ojos. Muchos pierden la vida, los demás, quedan lesionados por el resto de sus días.

Honorables miembros del subcomité, todo lo que aquí les expongo, tanto los otros ex presos políticos cubanos, disidentes y opositores pacíficos de dentro y fuera de Cuba como yo, en sí, la verdadera sociedad civil cubana, lo hemos denunciado durante años a instituciones internacionales defensoras de los derechos humanos como: el Comité para la Protección a los Periodistas, Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Parlamento Europeo, Naciones Unidas y muchas más. A su vez estas instituciones sirviéndose de nuestros testimonios han exigido el pleno respeto de los derechos humanos en Cuba.

Sr. Chairman, para Cuba ya es hora. Encarecidamente les pido condenen la deplorable situación a las violaciones de los derechos fundamentales de los cubanos. No permitamos que los mejores hijos de la patria continúen siendo torturados y asesinados. Sin el apoyo internacional a la oposición pacífica cubana, los hermanos Castro continuarán reprimiendo al pueblo de Cuba y terminarán masacrándolo como está ocurriendo hoy en día con el pueblo sirio. Continúen apoyando a la disidencia y la oposición pacífica cubana, a la prensa independiente quienes con valor enfrentan al sistema totalitario que nos asfixia por 53 años. Los cubanos tenemos conciencia de que el problema de Cuba lo debemos resolver entre nosotros, pero necesitamos la ayuda del mundo libre, y específicamente la ayuda de ustedes, como la necesitó Sudáfrica en su momento.

Honorables miembros del Congreso de los Estados Unidos, no lo olvidemos: Para Cuba ya es hora.

Muchas gracias. 

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Testimony of Mr. Normando Hernández González, Independent Journalist
Thursday, February 16, 2012


See VIDEO here


The following is the text of my testimony:


“House Committee on Foreign Affairs, Subcommittee on Africa, Global Health, and Human Rights”


Chairman Smith, Ranking Member Payne, and members of the subcommittee:


My name is Normando Hernández González, and I am a former prisoner of conscience from the cause of the 75, or what is also known as the Cuban Black Spring. In 2003, over the span of just 10 days, the Cuban government requested that I receive a life sentence, which in Cuba is considered the last alternative to being executed by a firing squad. On the eleventh day, in summary form, they gave me a trial, which concluded with a sentence of life in prison, and on the twelfth day, they sentenced me to 25 years of detainment, of which I completed 7 years and 4 months. My "crime”? To defend, with the tip of my pen, freedom of speech, press, thought, conscience. I was exiled to Spain in 2010 together with my wife and daughter after an agreement was reached between the governments of Cuba and Spain, and the Cuban Catholic Church.


Currently I am a Reagan-Fascell Fellow at the National Endowment for Democracy, but I am speaking in my personal capacity and the views expressed here are entirely my own.


At the outset, let me point out that the violence of Cuba's military junta against my countrymen increases every day. The Cuban Commission of Human Rights and National Reconciliation, an independent organization in Cuba, confirmed 631 arbitrary arrests in the month of January 2012, an increase of 135% in comparison with the same period last year when there were 268 arrests. In the streets, human rights defenders, especially women, are kicked and beaten by the political police, and, as was the case of Yris Tamara Pérez Aguilera, knocked unconscious due to blows to the head. . The Ladies in White are also victims of repression. Many have reported that while detained, police strip them naked, shout obscenities at them, touch their genitals, and threaten to rape them.


We are mourning the death of dissident Juan Wilfredo Soto who, in May 2011, was kicked by a policeman to the point that he died two days later as a result of the beating. In October 2011, just 5 months after the death of Wilfredo Soto, they murdered the leader of the Ladies in White, Laura Pollan Toledo. It has been barely 28 days since the murder of prisoner of conscience Wilmar Villar Mendoza, following 50 days on a hunger strike. I say “murdered” because these deaths occurred under the custody of the state and were completely avoidable. Three dissidents killed in the last 8 months, only 90 miles from the most democratic country in the world.


Today, I condemn the Cuban military junta and call for justice for the martyrs and people of Cuba.


For my part, I was in four Cuban prisons. I entered prison as a completely healthy person, but now I live with the bacillus of pulmonary tuberculosis, irritable bowel syndrome, chondromalacia patellae in both knees and in the trachea. I also suffer from chronic depressive disorder with somatic symptoms, and I live without my gallbladder thanks to torture I suffered during my final two years in prison.


Today, however, I prefer not to talk more about myself, but rather, about those who are being tortured at this very moment. I want to speak not only of political prisoners, but also of the nearly 100,000 prisoners who live in poor, overcrowded conditions in the more than 250 prisons and labor camps that are in Cuba. I shall now describe some of the direct and indirect methods of torture to which Cuban prisoners are subjected.


In prisoner slang, the “guagüita,” or crucifixion, is a method of torture that consists of handcuffing the inmate, completely naked, with his back to the bars of the torture cell with arms open in the form of a cross. The prisoner is kept like this for hours, so that he is obliged to perform his bodily functions in such circumstances. In cold weather, the guards throw buckets of water in the early morning hours. Mosquitoes suck what little blood that can be heated.


The “sillita,” or little seat, is another of the torture methods used by the guards of the Cuban regime. This involves both hands being handcuffed behind the prisoner’s back and tied to another set of handcuffs fastened around the prisoners’ feet. Lying sideways on the damp or wet dirt floor, the prisoners are left to remain there for hours. Rats, cockroaches, ants and all of the insects that swarm in these dens of perdition find the tortured prisoner to be easy prey. I still hear their screams of terror in my mind. I do not know if I can ever forget them.


But these torture methods are nothing compared with what I believe is the worst thing that happens in Cuban jails. The sadism, negligence, and cruelty of prison guards and officials, in addition to the more direct and indirect torture, leads the prisoners to attack themselves so that they can demand the basic rights that all prisoners should be afforded under the Cuban penitentiary system. Out of desperation, they inject oil or urine mixed with feces into any part of the body, sever fingers from their hands, swallow barbed wire, melt plastic on their upper and lower extremities, make deep, long cuts with razorblades, cutting their own tendons and veins, or even insert cold steel needles into their eyes. Many lose their lives; others are injured for the rest of their days.


Honorable members of this committee, together with other former Cuban political prisoners, dissidents, and the peaceful opposition movement in Cuba, in effect, the true Cuban civil society, everything that I have put forward here, we have reported for many years to international defenders of human rights, such as the Committee to Protect Journalists, Amnesty International, Human Rights Watch, the European Parliament, the United Nations, and many others. At different times, these institutions have used our testimony to demand full respect for human rights in Cuba.

Mr. Chairman, for Cuba, the time is now. I strongly urge you to condemn this deplorable situation in which the fundamental rights of Cubans are being violated. Let us not allow the best sons and daughters of our country to continue to be tortured and killed. Without international support for peaceful Cuban opposition, the Castro brothers will continue repressing the people of Cuba and will massacre them, just like what is happening today to the people of Syria. Let us support the dissident movement and the peaceful Cuban opposition who courageously challenges the totalitarian system that has asphyxiated us for 53 years. Cubans know that we must solve our country’s problem ourselves, but we need the help of the free world, and specifically help from you all, just as South Africa needed help during its time.


Honorable Members of the United States Congress, let us not forget that for Cuba, the time is now.


Thank you very much. 

Tuesday, March 13, 2012

A PESAR DE LA IGLESIA SEREMOS LIBRES Y CRISTIANOS



Por Orlando Fondevila


En mis largas conversaciones con Rafael Díaz Balart pude constatar esencialmente dos cosas: su profundo amor a Cuba y su delicada religiosidad. Rafael decía, justamente, que había recibido una ecuménica educación religiosa. Cursó estudios en el colegio cuáquero del poblado de El Cristo, cercano a Santiago de Cuba. También en el colegio católico de La Salle y, finalmente en el famoso y excepcional Colegio Presbiteriano de Cárdenas. Si a todo lo anterior le añadimos sus estudios pastorales en el “Theological Seminary” de la Universidad de Princeton e incluso su breve incursión por la prédica en New York, quedará evidenciada tanto su cultura como su vocación y sentimientos religiosos. De tal manera, me decía Rafael, que durante un tiempo dudó si su verdadera vocación era la del servicio religioso o la del servicio público. Finalmente, como sabemos, se decidió por el servicio público, es decir, la política. En esa decisión influyó en gran medida su decepción con el comportamiento de las estructuras jerárquicas de las Iglesias, que conoció y sufrió. Desencanto, debe aclararse, eclesial, nunca religioso. Esas experiencias frustrantes llevarían a Rafael a la misma posición de su (nuestro) admirado José Martí, quien afirmara que él era cristiano, natural y simplemente cristiano.

Por otra parte, lo cierto es que –relataba Rafael- las relaciones de la Iglesia Católica con los intereses del pueblo cubano habían sido y son sumamente complejas. Con luces y sombras. Con más sombras que luces. Durante las luchas por la independencia, la jerarquía de la Iglesia, mayoritariamente española, estuvo siempre del lado de la Metrópoli, con conocidas e ilustres excepciones. Rafael contaba, entre la ira y el dolor, el caso de un pariente suyo que fue a dar con sus huesos a la cárcel colonial de Ceuta, denunciado por un sacerdote que violó el sagrado secreto de confesión. No se trata de una anécdota. La Iglesia siempre estuvo al lado del poder colonial. También después. Siempre al lado del poder.

En los últimos 53 años de tiranía, la historia de la Iglesia Católica cubana es más bien triste. La misma Iglesia que ha sido perseguida y humillada por la tiranía, en esta ya demasiado larga etapa de horror, o se ha callado, o se ha sometido, o se ha confabulado con el poder. Salvo breves destellos de decoro, como cuando produjo el documento “El amor todo lo espera”, o la firmeza aislada del Padre Meurice o de Monseñor Siro, entre pocos otros ejemplos, la conducta de la Iglesia ha sido dar la espalda a los sufrimientos y penalidades de su rebaño. Una historia de ignominia que ha tomado dimensiones de traición en el caso del Cardenal Ortega.

Triste historia, sobre todo si tenemos en cuenta que no ha sido correspondido el amor que el catolicismo ha recibido del pueblo cubano. Los patriotas independentistas peleaban invocando a la Caridad del Cobre, su virgen mambisa. Los patriotas contra la tiranía de los Castro han caído en los pelotones de fusilamiento gritando “Viva Cristo Rey”. Los exiliados cubanos han llevado consigo a su amada Virgen y a su religión. Pero la Iglesia ha sido pusilánime, cuando menos.

En los últimos tiempos, la Iglesia ha ido más allá del silencio o el sometimiento. Se ha entregado a la colaboración. El Cardenal Jefe de la Iglesia Cubana ha estado y está actuando como un funcionario del régimen, como un mandado. El Cardenal se ha convertido en el emisario especial de la tiranía para misiones especiales, que podrían recibir el calificativo diplomático de discretas y, en ciertos casos, de secretas. En términos éticos no dudamos en llamarlas innobles e impropias de la dignidad que se supone el Cardenal representa. En Washington y en Madrid se le reconoce como una especie de Ministro de Exteriores alternativo del régimen. Sus imploraciones en pro de eliminar todo tipo de presiones a la tiranía han sido más fervorosas que sus escasas homilías.

Por supuesto que los dignatarios de la Iglesia y algunos crédulos (y no tan crédulos) quieren que veamos un trasfondo más piadoso en la conducta del Cardenal y de la jerarquía de la Iglesia. Según estas alambicadas teorías, lo que estaría buscando la Iglesia es el crecimiento espiritual de los cubanos, en aras de alcanzar una hermosa reconciliación que sería la clave para construir un futuro de felicidad. En esta dirección se enmarcaría la visita del Papa a la Isla. Pero se les ve el plumero. Por ejemplo, el corresponsal internacional de “National Catholic Register”, Victor Gaetán, escribe:“Cuando el Papa Benedicto XVI visite a Cuba el próximo mes, será para reforzar una vez más la estrategia del Vaticano que le ha permitido a la Iglesia Católica local ejercer allí por más de tres décadas: evitar diligentemente cualquier confrontación política con el régimen de Castro, colaborar con La Habana en la lucha contra el embargo de Estados Unidos y apoyar las crecientes reformas económicas del gobierno cubano”. Queda claro, la política de la Iglesia se resume en evitar confrontaciones con el régimen, en luchar contra el embargo y en apoyar, ¡válgame Dios!, las crecientes reformas del gobierno cubano. Y esta no es la mera opinión de un corresponsal extranjero, autorizado analista católico. No, si examinamos con detenimiento las publicaciones oficiales de la Iglesia cubana, así como recientes eventos por ella organizados, no tendremos espacios para la duda. Véase al respecto el último Encuentro Eclesial Cubano, quiénes fueron sus invitados (Carlos Saladrigas, López –Callejas, alias López –Levy, Mesa Lago, Jorge Domínguez, etc.), y las conclusiones y recomendaciones a que arribaron.
También nos encontramos a quienes, un tanto distanciados y cándidos, insisten en que la misión de la Iglesia no es política y no puede entonces exigírsele posicionamientos políticos. Y que la libertad de Cuba debe conseguirla el pueblo cubano por sí mismo, sin injerencias externas. Muy bonito, con música de Ñico Saquito. Como si todo lo que ha estado haciendo la Iglesia cubana y su Cardenal no tuviera una clara connotación política. Connotación política inmoral. Lo que quieren realmente es inocularnos la idea de que Cuba, con su viejo y ahora relamido régimen, es un país normal. Por eso defienden que no haya sanciones, que haya visiteo y “negocietes” Se sienten felices con que Cuba sea no sólo objeto de la devoción y del obligado peregrinaje de la izquierda irredenta, o de la pedestre y escabrosa curiosidad de algunos, sino también de complicidades inauditas y de aquiescencias ilusas o interesadas. Y todos, absolutamente todos, enternecidos con el futuro de reconciliación, de paz y prosperidad del noble pueblo cubano. El mensaje de todo este trajín del Cardenal Ortega, de todo este protagonismo obsceno buscado por la Iglesia cubana, de esta pretendida “interlocución” no pedida ni legítima, de estas muy publicitarias visitas papales para el abrazo a los tiranos y de distanciamiento cierto del sufrimiento del rebaño, el mensaje, digo, es precisamente opiáceo para la rebeldía del pueblo, única manera de conseguir la libertad.
Confiamos en que no tengan éxito. Confiamos en nuestra lucha y en el favor de Dios. Confiamos en que, finalmente, seamos libres y cristianos, natural y simplemente cristianos, como nuestro José Martí.