Tuesday, January 28, 2014

28 de Enero

Por Orlando Fondevila 
 
Este 28 de enero de 2014 se cumplen 161 años del natalicio de José Martí. Desde cualquier punto de vista que nos acerquemos a Martí, sin dudas tendremos que aceptar  que se trata del más universal de los cubanos. A pesar de las manipulaciones históricas, especialmente grotescas durante la dilatada tiranía castrista. Lo cierto es que resulta impensable, por muchas razones, pensar en Cuba sin pensar en Martí.

El legado martiano, que le vincula indisolublemente a Cuba, es múltiple y siempre esencial. Martí soñó y amó a Cuba como nadie, y es el fundador de nuestra nación a partir de ese sueño y de ese amor. Su legado eterno, al margen de ideas y acciones circunstanciales, consistió precisamente en ese amor ilimitado por su patria, Cuba, así como en una ética y un absoluto compromiso con la libertad, y una voluntad de pelea y de triunfo por encima de cualquier obstáculo o revés, por formidables que estos fueran. Los obstáculos y reveses fueron muchos, pero nunca llevaron al desánimo ni al desistimiento a nuestro héroe. Justamente esa voluntad de enfrentar cualquier adversidad manteniendo incólume su convicción de victoria, legítimó el liderazgo ejercido por Martí al frente de muchos otros patriotas cubanos.

Los cubanos, en tiempos de Martí, debieron combatir por su independencia y libertad en  medio de una clamorosa soledad. Gobiernos e instituciones de la época se desentendieron prácticamente en absoluto de la suerte de los cubanos. Martí solo pudo movilizar a los verdaderos patriotas.  Y perseveró por encima de considerables escollos. Nada, ni ataques personales, ni incomprensiones,  ni ausencia de solidaridad, ni escasos recursos, ni fracasos demoledores como el de la fallida expedición de La Fernandina, ni desuniones o traiciones pudieron llevarle al abandono o la desesperanza.

Hoy los cubanos tenemos ante nosotros la monumental misión de deshacernos de la tiranía castrista, y lo hacemos enfrentando enormes  adversidades,  incluso mayores que las de los tiempos coloniales. Enfrente un enemigo poderoso durante 55 años. Semejante falta de solidaridad. Pero desde el inicio de la anti-Cuba hemos luchado y lo continuamos haciendo. Precisamente el 28 de enero de 1959, recién instaurado el nuevo horror, un grupo de cubanos liderados por Rafael Díaz.Balart, inspirados en el ideal de amor y de libertad y justicia de José Martí, fundaron La Rosa Blanca. Hoy, ese ideal, ese amor y ese empeño no han decaído. El ideal de La Rosa Blanca, que es el de José Martí, está en marcha. Y perseverará hasta que recuperemos la República que quiso y por la que peleó Martí y por la que han peleado y continúan peleando los patriotas cubanos. La República de la libertad, del amor, de “todos y para el bien de todos”. No albergamos duda alguna. Reconstruiremos a Cuba y rescataremos a José Martí de las ignominiosas manipulaciones y mentiras de que ha sido objeto por los exponentes de la anti-Cuba. La Rosa Blanca florecerá por siempre.

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