Wednesday, March 19, 2014

Once años de la Primavera Negra de Cuba


Por  Normando Hernández

Los recuerdos de la cárcel aparecen siempre como si en ella estuvieras. Palpas la densa oscuridad de las celdas de castigo. Respiras los nauseabundos olores de las galeras. Te asfixias con el intenso calor del verano y los huesos se tullen de frio al acostarte en una cama de cemento en pleno invierno. Escuchas los lamentos de los torturados. Y, sobre todo, no olvidas la sádica mirada del impune militar y la desesperanza del indefenso reo.

Hace 11 años visité en condición de preso, por primera vez, el corredor de la muerte de la cárcel Boniato, en Santiago de Cuba y aún lo recuerdo como el primer día. Hace 11 años comencé un periplo por diferentes prisiones de Cuba: periplo que duró poco más de siete años. También hace 11 años que hice mi primera huelga de hambre en solidaridad con mis hermanos de causa. Hace 11 años me propuse no olvidar todo lo vivido, todo lo sufrido. Hace 11 años de la Primavera Negra de Cuba y aún continúa ahí: petrificada en el tiempo.

Hace 11 años y ya tenemos cuatro mártires: Orlando Zapata Tamayo, Miguel Valdez Tamayo, Oscar Espinosa Chepe y Antonio Villarreal. Y a pesar de que muchos piensan que en el 2010 tras los acuerdos de la iglesia católica cubana y los gobiernos de Cuba y España los presos de conciencia de la Primavera Negra fuimos liberados, no es así del todo. Primero, los que aceptamos el destierro como condición de libertad no podemos regresar a nuestro país. Segundo, los que se quedaron dentro de Cuba pueden ser regresados a la cárcel cuando el régimen lo estime conveniente y a ninguno se le permite visitar el extranjero.

Hace 11 años sufrimos en carne propia la desidia de un régimen totalitario. Pero también sufrimos, hace 54 años,  la indiferencia de gran parte del mundo libre a la causa de la libertad y la democracia para el pueblo cubano. Indiferencia que solo ha favorecido a los tiranos de Cuba, nunca al pueblo.

A todos exhorto a que miren dentro de mí sufrida patria. También, exhorto a que observen con detenimiento  lo que está pasando en Venezuela y se solidaricen con el hermano pueblo venezolano. No podemos permitir que la indiferencia haga tierra fértil en la causa de la verdadera libertad y la verdadera democracia para Venezuela. No podemos permitir que dentro de poco en Venezuela vayan personas a la cárcel por ejercer derechos inalienables como el de la libertad de expresión y asociación pacífica. No podemos permitir que la indiferencia se adueñe de Venezuela y comiencen los pelotones de fusilamiento, las desapariciones, las altas condenas, las separaciones familiares, la desvalorización moral y espiritual de los venezolanos. No podemos permitir que la indiferencia logre que Venezuela se convierta en una Cuba.

Si no tomamos partido en la causa de Venezuela muchos venezolanos y venezolanas irán a la cárcel por el solo hecho de pensar. Tomemos conciencia. No seamos indiferentes para que la Primavera Negra de Cuba de 1959 y la del 2003 no se repita en más ningún otro país. Mucho menos en Venezuela.

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