Thursday, April 16, 2015

Orlando Fondevila Suarez



Por Lincoln Diaz-Balart

Las siguientes palabras fueron pronunciadas por Lincoln Diaz-Balart a la conclusión de una misa celebrada por el Padre Juan RumíDomínguez, en la Ermita de la Caridad del Cobre, en Miami, Florida, el 11 de abril de 2015.

Padre Rumín, padre amigo, padre cordial, gracias por esta oportunidad de decir unas breves palabras en nombre de la familia de Orlando Fondevila, de su hija Odette, su yerno Ulises, su nietecita Aitana. Y de los amigos de Orlando Fondevila que nos encontramos hoy aquí reunidos.

Las palabras del Padre Rumín nos llenan de esperanza, nos insuflan de fe y optimismo. Las suyas son sabias palabras de solidaridad y consuelo. 

El Padre Rumín es un patriota cubano. Mi padre, Rafael Diaz-Balart, decía que hay dos tipos de cubanos: los que son patriotas, y los que no lo son. Orlando Fondevila no solo era de los patriotas, sino uno de los mejores de los patriotas. Era un hombre absolutamente admirable. Era brillante. Con un ilimitado amor por Cuba. Rendía culto a la amistad. Sabio escritor. Agudo analista de la realidad. Sublime poeta. Ex-prisionero político. Con un absoluto desinterés por lo material. Amado padre y abuelo. Rafael Diaz-Balart solía decir que “Fondevila reivindica a la humanidad”. 

Usted mencionó varios aspectos de la vida de Orlando Fondevila, Padre Rumín. Creo que usted leyó una entrevista que yo también leí, que le hizo a Orlando el amigo Armando de Armas, presente aquí hoy entre nosotros, en Martí Noticias. En esa entrevista Armando le preguntó, ¿eres feliz? “Soy libre y estoy reconciliado con Dios”, contestó.

Antes de que se mudara hace poco para Miami, Orlando Fondevila vivía exiliado en España. De vez en cuando visitaba a Miami. Se convirtió en una costumbre que cuando élllegaba a Miami, mi hijo Lincoln Gabriel y yo lo recogíamos donde él paraba, en casa de laamiga Mirta, aquí presente, y entonces íbamos los tres a almorzar.

¡Fonde! Le decía mi hijo abrazándolo. ¡Hombre, Lincoln Gabriel, que fuerte estas!, recuerdo contestándole Orlando.

Esos almuerzos, esas breves tertulias, con dos seres llenos de amor, fueron entre los momentos más preciados de mi vida.

La partida de Orlando Fondevila es un golpe muy fuerte para la causa de la libertad de Cuba. El pueblo de Cuba está viviendo una larga pesadilla. Y está profundizándose la pesadilla. Cuba sufre. Pero sabemos que nuestro Señor Jesucristo sufrió más, y triunfó sobre el mal. Seguimos de pie, siguiendo el ejemplo de los patriotas cubanos. Como Orlando Fondevila, un hombre que, hasta el último día de su vida, luchó por el bien y denunció el mal.

Mantenemos la fe, y rogamos, ¡Virgen de la Caridad del Cobre, salva a Cuba!”

No comments:

Post a Comment